Más que nunca se hace necesario promover y aplicar el pensamiento duartiano
Por: Luz Jiménez
Hoy, 26 de enero, al conmemorarse el 207 aniversario del natalicio del prócer Juan Pablo Duarte y Diez, Padre de la Patria Dominicana, es propicio hacer una introspección sobre su obra y preguntarnos, ¿qué rol juega Duarte en nuestras vidas?, ¿Tiene Duarte algún significado para la juventud?, ¿es justamente valorado su modelo de liderazgo, en especial entre aquellos jóvenes que se encaminan en la vida social y política?
Juan Pablo Duarte Duarte, más que un símbolo o una conmemoración, debe ser el protagonista de la nueva República, del cambio al muchos apuestan. Su ideario es una tarea que debe ser asumida como eje central del discurso y accionar de la juventud actual.
Hoy, más que nunca se hace necesario promover y aplicar el pensamiento duartiano en la cotidianidad, para que vuelva al pueblo el espíritu de lucha por una sociedad justa. El 26 de enero, más que recordar el natalicio de Duarte, debemos recordar por qué vivió y murió, en aras de contribuir para, entre todos, lograr una mejor República Dominicana.
Una mejor patria se logra, cuando nos convertimos en mejores ciudadanos. Debemos trabajar por la mejora continua de nuestro entorno; hacernos partícipes de las tomas de decisiones de nuestra comunidad, de nuestro país, aprendiendo y aplicando valores patrios, éticos y morales.
Cada joven, es un potencial héroe que surge de las entrañas nuestra sociedad. Aquel que, desde una función pública o privada, apuesta al bienestar colectivo por encima del individual, es Duarte personificado en sus acciones, cumpliendo con una de sus frases más célebres: “Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.
Que estén conscientes los jóvenes que actualmente desempeñan un puesto en el tren gubernamental, que tienen un compromiso vital con una ciudadanía asqueada de malas prácticas del pasado, que les dio un voto de confianza y espera de ellos un buen ejercicio de sus funciones apegados a la integridad.
Jóvenes, ¡les toca ser Duarte!
Tienen la responsabilidad de preservar su legado, llevando a la praxis todo aquello que Duarte concibió, cuando en plena juventud su amor ferviente a la patria lo convirtió en líder y guía que luchó, junto a grandes hombres y mujeres, por el interés del pueblo dominicano.
Tengan siempre en sus mentes que servir al país es un sacrificio y al mismo tiempo un privilegio para aportar, innovar y cambiar, enfocados siempre en lograr una mejor sociedad…
Jóvenes, ¡les toca ser Duarte!